Fútbol Inglés (BRITCORNER)

Especiales

Jugadores ingleses en el Barça

JOAN GAMPER, Fundador del FC Barcelona

*Días después estos nombres reforzaron al “Foot-ball Club Barcelona” en su primer encuentro ante el que fue el rival de las dos primeras décadas del siglo XX: el FC Catalá. De hecho, el origen del club barcelonista tuvo como desencadenante la no admisión en el Catalá de Hans Gamper debido a que en la estricta normativa de ese club no se permitía la presencia de extranjeros. A partir de ese momento se creó el ahora centenario club azulgrana y su consolidación y crecimiento no puede entenderse sin la ayuda, mecenazgo y desempeño sobre el terreno de juego de una serie de jugadores ingleses. Han sido hasta una cuarentena los footballers que han defendido a lo largo de la historia la casaca azul y grana pero en este artículo sólo se va a hacer referencia los que marcaron época y ayudaron a construir un club que a lo largo de las décadas ha traspasado las barreras de lo deportivo y lo social.

Entre los jugadores más destacados de esta primera década del siglo XX hay que destacar a los Witty, especialmente a Arthur Witty Cotton. Éste fue un gran sportsman de la época tal cual se señalaba en la prensa de la época. Como futbolista era polivalente; se había formado en el prestigioso Merchant´s Taylor School de Merseyside, lugar en el que adquirió un enorme amor por el deporte y por el fútbol en particular. Ello le hizo llegar a España y dominar las técnicas futbolísticas muy por encima de los neófitos jugadores barceloneses. Jugó con el Barça entre 1899 y 1905 y ocupó diferentes posiciones en las dos primeras temporadas en las que jugó: desde el mediocentro hasta la delantera, en la que llegó a ocupar todas las posiciones, dentro de la indefinición táctica en la que se movían los jugadores de aquella época.

Entre 1902 y 1905 se estableció como defensa izquierdo, posición que no abandonó hasta su retirada. Durante ese período jugó 88 partidos y marcó 6 goles. Fue el hombre que trajo los primeros balones de reglamento desde Inglaterra e impulsó poner redes tras las porterías. Entre 1903 y 1905 compatibilizó su papel como futbolista con el de presidente del club, época en la que afrontó el traslado del estadio a la Calle Muntaner, logró un considerable aumento de socios e impulsó el ascenso al primer equipo de jóvenes como los hermanos Comamala, Quirante o Soler en una valiente decisión que no tuvo la aprobación de todos los simpatizantes.

En este primer período se produjo la aparición jugador inglés llamado Percy R. Chown. Se trataba un profesor que impartía clases de idiomas en la Escuela Superior Industrial de Tarrasa y fue el fundador del balompié en tierras egarenses ya que propuso a unos jóvenes de su clase la práctica de este deporte. Entre 1901 y 1905 jugó algunos encuentros con el equipo azulgrana demostrando una enorme destreza con el balón y logrando un promedio de un gol por partido. El equipo barcelonista hubiera querido contar con él durante más tiempo pero su vida laboral en Tarrasa le impedía desplazarse a menudo a la capital catalana. Su vida se truncó bruscamente en un terrible accidente de tráfico en 1928 en el que perdió la vida junto a sus hijos Pedro e Yvonne. Su coche se salió de la calzada y tanto Percy como sus hijos fueron enviados al Hospital de Barcelona falleciendo padre e hijo en el trayecto y la niña en el hospital. El hecho de ser un personaje relevante y la casi inexistencia de accidentes de tráfico en la época hicieron que aquella catástrofe fuera seguida por la prensa y sociedad barcelonesa con verdadera fruición.

 Ya en los años diez, dos hermanos ingleses, los Wallace, marcaron época y llegaron a formar un ala izquierda que no tenía parangón en su época. Percival Wallace era el menor de los dos; era capaz de adaptarse tanto al interior como al extremo izquierdo y destacaba por su gran habilidad en la conducción del balón y especialmente por su disparo seco y duro.

 Fue azulgrana entre 1907 y 1915 y en 102 partidos que disputó, logró 105 goles, una cifra inimaginable en el fútbol actual. El mayor de la pareja, Charles, llegó a Barcelona en 1910 y rápidamente se incorporó al equipo formando una sociedad con su hermano que hacía al equipo imparable ante los débiles rivales de la época. Ambos llegaron por razones laborales para pasar una temporada en la ciudad condal y terminaron arraigados en Cataluña. Llegaron a españolizar su nombre, se casaron con catalanas y montaron una empresa llamada Transmisiones Industriales S.A.
Cuando el protagonismo de los Wallace fue decayendo, llegó la irrupción de otros dos anglosajones que marcaron diferencias por diferentes motivos:
Steel y Jack Greenwell. S. Steel sólo estuvo dos años en el club, entre 1911 y 1913, pero sorprendió a los aficionados por su facilidad para manejar el balón y especialmente por su colocado y potente chut. Logró la increíble cifra de 53 goles en 40 partidos y la prensa de la época cuenta de él que disparaba con una potencia de diablo y celebraba los goles con sonrisa de niño.

 Sin embargo, en plenitud goleadora tuvo que abandonar Barcelona para marcharse a Alemania por motivos laborales. Su marcha fue muy sentida por la afición y sus compañeros que consideraban a Steel uno de los extranjeros que mejor se había adaptado a la forma de vida mediterránea, siendo además un hombre simpático y cercano. Su puesto y condición goleadora eran determinantes en el equipo y el club intentó tapar con una dupla inglesa formada por Allack y J.E. Smith. John Allack era un gran delantero, un auténtico panzer capaz de trabajar de espaldas y percutir con los defensas a los que arrollaba por su fuerza física. Jugó dos años como azulgrana y marcó 27 goles en 40 partidos si bien no logró hacer olvidar al gran Steel. En el caso de J.E. Smith llegaba con la fama de haber sido un semiprofesional en el Newcastle United. Su llegada a la ciudad condal supuso un acontecimiento a nivel deportivo ya que se trataba un jugador llamado a marcar las diferencias por su supuesta categoría futbolística. Sin embargo, su presencia en tierras catalanas se redujo a 3 encuentros amistosos en los que marcó 2 goles y terminó volviendo a las Islas para seguir jugando allí.

Lo curioso del caso de este jugador es que no aparece ningún J.E. Smith en las alineaciones del Newcastle United de principios de los años diez y posiblemente se trató de un pufo con el que se intento engañar a la comisión deportiva del Fútbol Club Barcelona. En el caso de Jack Greenwell fue un medio ala izquierdo con gran manejo del balón y creatividad en el pase debido a un conocimiento del juego muy superior al de la mayoría de sus compañeros. Llegó al Fútbol Club Barcelona en 1912 procedente del Crook Town de su país. Jugó en el equipo hasta 1917 junto a grandes estrellas del momento como Romà Forns. En ese período consiguió ganar 2 Copas de Catalunya. Disputó como blaugrana un total de 88 partidos en los que logró 10 goles. Tras su retirada, fue designado entrenador por el presidente Joan Gamper en 1917, sucediendo a John Barrow. Llevó los designios del equipo durante siete años y significaron la primera edad de oro del club culé, ya que consiguió cinco Copas de Catalunya y dos Copas de España. Se le considera el primer técnico que adoptó sistemas modernos de entrenamiento y una preparación física medianamente aceptable. Fue un visionario, y su irrupción en el club dio un salto de calidad en el nivel deportivo. En 1931 volvió a dirigir al equipo culé durante dos temporadas más. También fue entrenador del Espanyol, Valencia, Universitario de Deportes peruano y de la selección de Perú.
Ya en los años veinte comenzó a desaparecer la moda de incorporar al equipo jugadores británicos. De hecho hubo algunos que jugaron amistosos pero ninguno tuvo fue piedra angular en la historia del club. Entre ellos hay que destacar a Buchan. Era Hermano del mítico Charlie Buchan, jugador del Sunderland y del Arsenal, uno de los mejores jugadores de la historia de Inglaterra, que jugó en los años diez y veinte. El hermano de la gran estrella del momento llegó a Barcelona sin apenas currículo futbolístico y estuvo a prueba con el Barça en un amistoso disputado en 1924 ante el Athlétic de Bilbao. Jugó como mediocentro y la crítica de la época dijo de él que se hartaba de correr sin mucho sentido y que además era ineficaz en el marcaje.

Tras un período de tres décadas sin ingleses en el club, hubo que esperar hasta el año 1951 para que un jugador llegado de Inglaterra se incorpora a la disciplina del equipo blaugrana. Lo más curioso del caso es que no era un británico quien llegaba sino que un bilbaíno llamado Emilio Aldecoa que había emigrado junto a su familia a Inglaterra por mor de la Guerra Civil y que había alcanzado gran fama como delantero centro en las Islas. Vivió durante cerca de 10 años allí, pasando en dicho país el resto de la Guerra Civil y toda la Segunda Guerra Mundial. Con las ligas nacionales británicas suspendidas por la guerra y buena parte de los profesionales movilizados, los equipos ingleses buscaban por aquellos años jugadores aficionados disponibles para completar sus plantillas y competir en las competiciones regionales que se disputaban en Inglaterra a duras penas. De esa manera, los técnicos del Wolverhampton Wanderers, se fijaron en el joven delantero español que destacaba en el equipo de los talleres eléctricos de la comarca. Lo ficharon en 1943 y debutó con el histórico equipo inglés en 1943.

Esa temporada Aldecoa finalizó como máximo goleador de los Wolves con 11 goles en 30 partidos. Jugó dos temporadas con el equipo de las West Midlands hasta 1945. Allí tuvo como compañero al mediocentro Billy Wright, uno de los mejores jugadores de la historia de las islas. En agosto de 1945 gestionó su pase al Coventry con el que no llegó a marcar. En 1947 volvió a su tierra y jugó dos temporadas en el Athlétic de Bilbao y posteriormente otras dos en el Valladolid. En 1951 fichó por el FC Barcelona, siendo su estreno con los culés la competición de Copa de España de 1951. Su llegada coincidió con la de Ladislao Kubala al club catalán. Su participación en los éxitos de Barça fue de más a menos ya que era muy difícil jugar en un equipo con tanto delantero talentoso. En sus dos años como blaugrana colaboró en la consecución de 2 Ligas, 2 Copas, 2 Copas Eva Duarte y 1 Copa Latina. Disputó como azulgrana un total de 66 partidos en los que logró 19 goles.

Tras Aldecoa no volvió a llegar un jugador inglés al equipo culé hasta la irrupción de un joven de sonrisa perenne llamado Gary Lineker, uno de los mejores rematadores de los ochenta. Fue un jugador muy inteligente en los desmarques y capaz de adelantarse una décima a sus defensores para cazar balones sueltos que acababan dentro de la red. Además era un especialista en el uno contra uno que no solía perdonar ante el marco contrario. Llegó a ser Bota de Oro en 1986. A su condición de excelente delantero unía su simpatía y carisma, que le convirtió en auténtico ídolo de las aficiones de los equipos en los que jugó. Es remarcable el hecho de que logró el premio Fair Play de la FIFA en 1990 al no haber recibido tarjetas amarillas ni rojas durante toda su carrera. Debutó en el primer equipo de su ciudad, el Leicester City con sólo 18 años. Su gran nivel goleador con los Foxes hizo que los grandes del fútbol británico se fijaran en él y terminó fichando por el Everton en 1985. En los Toffees jugó una sola temporada en la que fue mejor jugador y máximo goleador en la Liga inglesa… y fichó por el Barça en 1986. Los jugadores ingleses arrastraban una fama de no adaptarse al juego fuera de las islas pero Lineker rompió con ese mito y logró grandes cifras goleadoras en sus tres temporadas en Can Barça.

 En su tercera temporada bajó sus niveles goleadores porque a Cruyff se le ocurrió la locura o genial idea de que podía ser un gran extremo derecho, y lo situó en ese puesto durante muchos encuentros. El ariete inglés cumplió en ese puesto pero sin duda su posición ideal estaba en el centro del ataque. Como barcelonista ganó 1 Copa del Rey y 1 Recopa. Disputó en ese período un total de 157 partidos en los que logró 50 goles, una buena cifra pero inferior a las que conseguía en Inglaterra. Tras su paso por el Barça jugó en el Tottenham y Nagoya Grampus Eight de Japón en el que se retiró en 1994 a los 33 años. Fue 80 veces internacional con la selección inglesa con la que logró 48 goles y disputó los Mundiales de México 1986 e Italia 1990, así como las Eurocopas de Alemania 1988 y de Suecia 1992, siendo máximo goleador del campeonato disputado en el país azteca. Tras su actividad futbolística ha tenido gran éxito como comentarista televisivo por su desparpajo ante los medios. El hombre que lleva como segundo apellido Winston por haber nacido el mismo día que Churchill fue el creador del mítico aserto de que “el fútbol es un deporte que juegan dos equipos y siempre gana Alemania”.

Y desde el gran Gary no han vuelto a llegar jugadores ingleses al club y eso que Steve Mcmanaman estuvo a punto de fichar por el Barça antes de llegar al Madrid. El hecho de que la Premier League sea la Liga más rica del mundo no invita a los ingleses a salir de una tierra en la que son magníficamente tratados desde el punto de vista económico y social. Es francamente difícil imaginar a los Gerrard, Rooney, Lampard Jr. o Ashley Cole fuera de las islas pero el fútbol es más voluble que la vida y quién sabe si dentro de dos décadas el Barça volverá a estar formado por varios ingleses. Hoy día esa idea parece ciencia ficción o como mínimo historia ficción y habrá que esperar a las siguientes generaciones de historiadores para que nos cuenten las evoluciones del hijo de Wayne Rooney vestido de azulgrana en el Nou Camp rediseñado por Norman Foster…

*Angel Iturriaga Barco, Historiador Contemporaneo e investigador del GIHNT (Grupo de Investigación de Historia de Nuestro Tiempo), colabora para britcorner.com con este artículo.

 

 

Comentarios

1

Muy buen artículo…No estaría mal una segunda parte ampliándolo a jugadores británicos…gente como Hughes o Archibald…Un saludo

Lenny24
13 de abril de 2010 a las 1:38 pm
2

Muy interesante. La verdad es que me he puesto a pensar y me salen muy poquitos nombres, no ya sólamente del Barcelona, sino de España en general que vengan de Inglaterra. Allí están mucho mejor.

Saludos Desde Anfield: Caminos opuestos, ¿mismo resultado?

Alvaro
13 de abril de 2010 a las 2:32 pm

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