Inglaterra, un adiós extraño
No ha sido el clásico adiós de Inglaterra. Decepcionante sí pero dramático no. Sensaciones raras cuando no se ha visto una Inglaterra rota como en otras ocasiones pero no ha sido suficiente para sacar siquiera un punto ante Italia y Uruguay, es la realidad. Un nuevo fiasco pero distintos problemas. Esperar a Francia 2016 queda muy lejos pero cerca la esperanza en una nueva generación que emerge. Tanto Sterling como Barkley o Sturridge alcanzarán su madurez y es el adiós definitivo de referencias pasadas como Gerrard o Lampard y puede que con ellos Wayne Rooney, el único superclase del equipo. Los errores defensivos, escenificados en el segundo gol de Luis Suárez, conducen hacia una reflexión importante. Si a ello le unimos la falta de pegada quedó claro que Inglaterra aún está destinada hacia un largo camino para competir mejor. Sin embargo, cualquiera que conozca el fútbol base inglés sabe que el nuevo elenco de futbolistas ingleses tiene cosas que deberían alimentar al optimismo. El perfil desequilibrante de Ross Barkley o Adam Lallana era algo desconocido en otros tiempos. El clásico delantero inglés ya no es si o si un jugador como Andy Carroll o en el pasado como Emile Heskey. Eso, desde un punto de vista positivo, debe verse reflejado pronto en buenos resultados.
Generación
En cuanto a la figura de Roy Hodgson queda claro que los entrenadores ingleses de su generación no han sabido elevar el nivel y él ha sido y es uno más. Se atrevió con el 4-3-3 pero ha sabido equilibrar un equipo con demasiada tendencia a dejar huecos al rival. Con la nueva hornada de futbolistas también llegarán entrenadores más talentosos a Inglaterra. Hasta entonces no suena descabellado seguir con Hodgson al menos hasta 2016. Conocida la dureza de la prensa y afición inglesa con su país la reacción al adiós refleja un sentimiento no cruel y eso ya es noticia. Dentro y fuera de Inglaterra se ven cosas en que deberían alimentar el crecimiento de una Inglaterra más europea en cuanto a talento se refiere. Hodgson no conduce hacia un ambiente hostil dentro y fuera del vestuario lo cual ya es mucho en los ingleses. La transición ha empezado en Inglaterra que debe fortalecer un estilo cada vez más alejado del pelotazo por la propia naturaleza de sus futbolistas jóvenes. Es una nueva decepción, una más, pero con dosis de optimismo que en otros tiempos no existían. Momentos ante Italia que deben cimentarse en una regularidad clara. Habrá que esperar.
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