La tragedia de Ibrox
Ibrox ha sido escenario de dos grandes desastres. En el primero 26 personas murieron y 517 resultaron heridas en 1902 en un partido entre Escocia e Inglaterra. A los 6 minutos de partido varias filas de tablones de madera cedieron provocando que cientos de espectadores se precipitaran mas de 12 metros hasta el suelo. Jugadores de ambos equipos ayudaron a los heridos sobre el campo. Para sorpresa de todos el juego se reanudó pero el resultado fue eliminado posteriormente del libro oficial de partidos entre ambos países. Se jugó posteriormente un replay en Villa Park para recaudar fondos y ayudar así a las victimas.
Y el segundo el 2 de Enero de 1971. Sesenta segundos de silencio intenso para homenajear a las víctimas de Ibrox Park cuarenta años después con los dos capitanes de aquella época, John Greig y Billy McNeill, encabezando al Rangers y al Celtic. Un espectáculo impresionante que ponía la carne de gallina. El respeto mostrado por ambas aficiones, por cada uno de los 50.222 aficionados que abarrotaban las gradas, fue emotivo y genuino. No hubo estúpidos que se dedican a aprovechar esos momentos para reivindicaciones sin sentido. No hubo tampoco pancartas despectivas, sólo el nombre de los 66 fallecidos escritos sobre tela blanca y mostrados en las gradas.
Fue un tributo espectacular 40 años después hacia aquellos que no consiguieron volver a casa un 2 de Enero de 1971.
El Rangers iba 1 a 0 abajo y trataba de igualar el marcador en el primer Old Firm de 1971 cuando Colin Stein igualó en el minuto 89 y la avalancha de celebración se transformó en dolor al fallecer 66 personas la mayoría por asfixia al ceder las barreras metálicas de una de las escaleras del estadio Ibrox Park, la tristemente famosa Stairway 13, aplastando así a los aficionados del Rangers. Dicen las crónicas de la época que “al principio todo el mundo podía gritar por el dolor pero poco después se hizo el silencio porque no había aire que respirar”. El resultado final fue de 66 personas fallecidas y mas de 200 heridas. En un principio, los jugadores del Celtic no se enteraron de la noticia y abandonaron el estadio en el autobús. Sin embargo, cuando el técnico Jock Stein se enteró de la tragedia le pidió al conductor que volviese a Ibrox Park.
El que fuera técnico del Rangers, Walter Smith, estuvo en el partido junto a su hermano, y cuenta en su biografía que estuvo muy cerca de fallecer en el estadio. Salvó su vida de milagro.
Si las dos aficiones más enemistadas del mundo son capaces de unirse de esta manera es evidente que el resto también puede.
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