Fútbol Inglés (BRITCORNER)

Adrián Calviño // Twitter: @AdrianCalvinho.- Samir Nasri (Junio de 1987), marsellés hijo de emigrantes argelinos, vio como éstos elegían el deporte rey como la perfecta vía de escape a la delincuencia característica de La Gavotte Peyret, zona donde vivían, sita en la barriada de Septèmes-les-Vallons; por eso, y con apenas 8 años, el pequeño Nasri ya jugaba para el Pennes Mirabau FC. Poco después, y a la vista de su talento, pasó a engrosar las listas de La Commanderie, la academia para jóvenes del Olympique de Marsella. Pero donde verdaderamente desarrolló su personalidad futbolística fue en las pobladas y conflictivas calles de la ciudad -desmedida en estilos, razas y culturas-, desarrollando así cualidades propias del futbolista de barrio y artimañas típicas de los trileros de la redonda. Curiosamente, su pareja de baile en muchos de los partidillos disputados sobre las plazas marsellesas era Lassad Nouioui, también de origen magrebí y hoy en las filas del Deportivo de La Coruña.

Su marcado estilo de calle y su descaro, pulidos en una de las más grandes academias del fútbol francés, hicieron de Nasri un fijo en todas las categorías inferiores de la selección nacional; promesa emergente, en el año 2004 hacía su debut con el primer equipo del club de sus amores. Cuatro temporadas más tarde y tras una imparable progresión, hacía las maletas rumbo a Londres; pese a que su corazón era -y siempre será- azul y blanco y los dirigentes eran muy reticentes a su salida, su compatriota Ársene Wegner le había llamado para la causa gunner. Palabras mayores. Con todo, el cambio no resultaría sencillo; acostumbrado a una vida tranquila en su casa familiar de Marsella, se separó de sus padres y se estableció en Hampstead –al norte de Londres- con su novia, la tenista Tatiana Golovin.

Comienzos duros

[Estiloso, creativo y con magia en sus botas, su origen argelino y su vinculación con Marsella fueron poderosas razones para que los amantes de la predicción y la comparación le colgaran el cartel de ‘nuevo Zidane’ poco después de su debut como profesional, como les sucedió y les seguirá sucediendo a muchos otros prometedores centrocampistas franceses. Sin embargo, la llamada a subrogarse en la posición del genial Zinedine es toda una condena, una pesada losa que sepulta a talentos efervescentes y que también a Samir le sobrepasó por momentos.] Pasaron los meses en Londres y así, tras un inicio titubeante, lejos de las expectativas que había creado -quizás debido a ese proceso de adaptación-, el desgarbado mediapunta francés ha conseguido consolidarse como uno de los mayores talentos de la Premier League y esta temporada ha asumido con cierta brillantez el liderazgo del Arsenal, si bien su final de temporada no ha estado a la altura de sus actuaciones en el tramo intermedio. Con una polivalencia en marcado aumento y ya adaptado a nuevos roles, el marsellés es ahora capaz de cubrir cualquiera de las posiciones del frente ofensivo, participando en la creación y distribución del juego o romper y llegar partiendo como falso extremo izquierdo, más aislado de la zona de acción, reservándose a marcar la diferencia en los metros finales.

Títulos

Más valiente e incisivo que nunca, el francés ha dado por fin esta temporada ese paso adelante que muchos le requerían, convirtiéndose así, paralelamente, en oscuro objeto de deseo para tres de los más grandes equipos de la Premier: Manchester United, Mancherster City y Chelsea. Nasri, hastiado por la falta de títulos, está loco por la música y, pese a las jugosas propuestas que lleva recibiendo durante los últimos tiempos, parece no estar dispuesto a renovar su vinculación con el Arsenal, que expira en 2012. Así pues, los contactos se han acelerado en los últimos días debido a esa predisposición del futbolista a abandonar el Emirates y en el seno del club no verían con malos ojos un traspaso este verano teniendo en cuenta que dentro de un año el marsellés podría irse gratis. De todos modos, y como ocurre con Cesc, Wenger se guarda un as en la manga e intentará convencer al futbolista de que el suyo es un proyecto ganador. La propuesta de renovación está sobre la mesa y el alsaciano desplegará toda su artillería para retenerle. Pero no será fácil vistas las opciones que se le presentan. El ex del Olympique tiene hambre de títulos y quiere irse, ya no confía en las promesas del alsaciano; y según apuntan diversos medios como “The Guardian” o “L’Equipe”, la cifra del traspaso oscilaría entre 15 y 20 millones, por lo que sería fácilmente asumible para cualquiera de los tres conjuntos. El mirlo blanco del mercado, un crack a precio de saldo.

Chelsea

El Chelsea, y ante la dificultad de la operación Modric, quiere que Nasri se convierta en su guía ofensivo, el faro que arroje luz al nuevo proyecto comandado por Villas-Boas. Aunque no sería la estrella mediática del equipo, sí sería la figura sobre la que giraría el juego y se convertiría en ese mediocampista talentoso que Abramovich lleva tiempo buscando y necesitando. Sin duda, sería un movimiento exitoso que reportaría beneficios a ambas partes, réditos en ambas direcciones. Por su parte, y tras numerosos y variopintos despilfarros, el Manchester City parece ahora dispuesto a dar tan solo pequeñas pinceladas que completen y consoliden su equipo entre las grandes escuadras del fútbol mundial. Así, tras la ingente cantidad de fichajes realizados con el único objetivo de clasificarse para la Champions League, la dirección deportiva del club se ha centrado en objetivos concretos y de garantías para intentar asaltarla la temporada próxima. Con semejante premisa, se ha fijado en el futbolista del Arsenal, que a todas luces supondría un salto de calidad brutal para su plantilla. A falta todavía de algún movimiento más, con la incorporación de Nasri el de Mancini sería ya un conjunto verdaderamente temible.

Ferguson

De todas formas, y aunque no vería con malos ojos recalar en el Chelsea o en el otro equipo de la ciudad de Manchester, la de Ferguson es la propuesta que más seduce al marsellés. Sir Alex ha vuelto a entrar en escena, retomando así el United su interés, y los diablos rojos serían siempre la opción número uno para el futbolista, que desea a toda costa un proyecto ganador. Además de eso, en Old Trafford se encontraría ya con un conjunto formado, una base sólida y las mejores condiciones para desplegar su fútbol.

¿United?

Inmerso en una vorágine contratista, el United podría asentar un duro golpe a sus competidores firmando al francés y completando así una línea ofensiva de ensueño, con variantes para todos los estilos y estrellas consolidadas, pero sin perder un ápice de su característica configuración colectiva, de bloque. La incógnita ahora, si finalmente se concreta su traspaso, residirá en ver si se conforma con ser una pieza más de la colección de figuras que tienen cualquiera de los tres equipos o si continúa con esa progresión que pueda convertir al pálido trequartista marsellés en una auténtica y decisiva estrella del fútbol mundial. Su ambición deberá latir más fuerte que nunca. El paso es atrevido, pero no garante de éxito.