Fútbol Inglés (BRITCORNER)

Siempre exitoso en los banquillos

A Martin O´Neill los más jóvenes le conocen sólo en su faceta de entrenador, donde ha dado clases magistrales en los banquillos del Wycombe Wanderers, Norwich (aunque aquí, por diferencias con la directiva, no duraría mucho) Leicester City (con quien ganó dos finales de la League Cup), Celtic (ganando tres ligas y en su primer año el triplete, lo que no se conseguía desde 1969 con el mítico Jock Stein, y el subcampeonato de la UEFA en el 2003) y Aston Villa (tres sextos puestos y una final de League Cup perdida ante el Manchester United). Sin embargo, me gustaría centrarme en su faceta de jugador porque hay historias muy curiosas que merece la pena ser contadas. Martin O´Neill empezó su carrera como jugador en los modestos Kilrea y Derry gracias a la derogación de una ley por parte de la Asociación de Deportes Irlandeses, la Gaelic Ahtletic Association, que prohibía hasta 1971 a sus miembros ver o participar en “juegos extranjeros”. Esto empujó a O´Neill hacia el fútbol a pesar de que también destacase en la modalidad de gaélico.

Hincha del Sunderland

Rápidamente ficharía por el Lisburn Distillery, equipo semiprofesional irlandés, que le puso las cosas más que difíciles al Fútbol Club Barcelona en una eliminatoria de Recopa de Europa en la que Martin O´Neill marcaría incluso un gol. A partir de entonces le lloverían las ofertas de diversos equipos ingleses lo que le llevó a fichar por el Nottingham Forest. O´Neill siempre esperó una oferta del Sunderland, equipo al que siempre apoyó de niño porque allí jugaba su gran ídolo, Charlie Hurley, al que los aficionados de los Black Cats le nombraron “jugador del siglo”. Fuera de España su equipo favorito sería el Real Madrid y su admiración para Ferenc Puskas, al que considera el mejor delantero que ha visto en su vida. No jugaría nunca en el Sunderland, pero quien le iba a decir, allá por 1971, que les entrenaría 40 años depués.

Relación con Clough

En el Forest lo conseguiría todo, a destacar un Liga y dos Copas de Europa, aunque no participase en la primera porque Brian Clough lo dejó fuera por lesión por más que O´Neill le insistiera que se encontraba en óptimas condiciones. Si O´Neill no llegó a engañar a Clough sí lo haría un año depués Larry Lloyd, gran defensa central de ese Forest y del Liverpool años antes, que jugó lesionado la final contra el Hamburgo. Larry Lloyd vive en España y tenía un restaurante en la Costa del Sol hasta hace bien donde donde contaba grandes historias de su época en el Nottingham Forest a las órdenes de Brian Clough y siempre se jacta de que ha sido el único capaz de engañarlo.  Martin O´Neill siempre chocó con Brian Clough porque ha sido quizá el único jugador capaz de rebatirlo utilizando palabras y expresiones aún más concluyentes que las del mítico entrenador, lo que le llegaba a sacar de quicio. No en vano O´Neill llegó a estudiar Derecho y se intentó especializar en la rama de criminología (aunque nunca terminó la Carrera), lo que le convertía en rara avis en aquellos tiempos. Era tal el nivel cultural del norirlandes y tal su educación que contestaba por carta personalizada a todos aquellos periodistas que le hacían una crítica que él consideraba errónea.

O’Neill (segundo por la izquierda de pie) posa con parte del equipo mítico de Irlanda del Norte en el Mundial del 82 en España

Leyenda de Irlanda del Norte

A nivel internacional destacaría en la Irlanda del Norte de los 80 capitaneando a su selección a pesar de ser católico y abiertamente favorable a la unificación de las dos Irlandas. A pesar de las amenazas lideró con orgullo a su selección tomando parte en los momentos más importantes del equipo en las últimas décadas, donde por ejemplo, batirían a España 0-1 en el Mundial del 82. Su fama llegó a niveles tales que se le consideró en su momento el mejor jugador irlandés de la Historia por detrás de George Best. Veremos que tal le va en el Sunderland, donde le auguro la mejor de las suertes. Por el momento empieza con una victoria, lo que es una clara mejora respecto a su etapa inicial en el Leicester, donde los aficionados, debido a las diferencias que tenían con los directivos del equipo a los que llamaban “The Gang of Four” (La Banda de los Cuatro), rodearon el campo de entrenamiento y le encerraron durante horas en los vestuarios como protesta por su nombramiento como entrenador. Martin O´Neill salió en persona y tuvo que tirar de nuevo de su labia para convencerlos, y vaya si lo hizo. Dos títulos de League Cup le dieron la razón meses más tarde.