Fútbol Inglés (BRITCORNER)

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Inglaterra, la bestia dormida (I)

Adrián Calviño – Twitter: @AdrianCalvinho.- 30 de Julio de 1966, Londres. Tras el tercer puesto obtenido por la debutante Portugal dos días atrás gracias a un espectacular Eusebio –máximo goleador del torneo, con 9 tantos-, los casi 100.000 espectadores de Wembley se disponen a presenciar como, prórroga incluida, un triplete -con el gol fantasma más famoso de la historia incluido- de Geoffrey Hurst permitiría coronarse como campeona del mundo a una generación de futbolistas irrepetible. Aquel conjunto, formado por hombres de la talla de Banks, Stiles, Charlton, Moore, Ball, Peters o el propio Hurst conseguía así el primer Mundial para el país británico. Nadie podría imaginar que, 45 años después, seguiría siendo el único.

Nacimiento

Tradicionalmente, antes y después de esa fecha, por potencial futbolístico y económico, por la pasión demostrada tanto por aficionados como jugadores o simplemente porque fue allí donde nació y se consolidó este deporte, Inglaterra siempre ha sido uno de los grandes poderes del fútbol mundial. Hoy en día, muy lejos de glorias pasadas, la selección atraviesa una grave crisis; crisis de identidad, de fútbol, de títulos. Pero vayamos por partes…

Hurst

No encontrar el fútbol que se le presupone a una determinada conjunción de extraordinarios futbolistas suele ser muy habitual en este caótico mundo futbolístico. El deporte rey es, al fin y al cabo, una unión de factores prácticamente indeterminable –de otra manera, todo el mundo conocería la receta del éxito- en el que la suerte juega un papel fundamental, siendo la diferencia entre triunfar o fracasar infinitamente más pequeña de lo que los resultados dictan – sirva precisamente como ejemplo ese tanto de Hurst, sobre el que todavía sigue abierto el debate en torno a si ese balón llegó a entrar por completo en la portería alemana-.

Sin estilo

Sin embargo, el caso particular de la selección inglesa es digno de estudio y justificar su pobre rendimiento de los últimos años apelando a la falta de fortuna no es más que taparse los ojos ante una realidad latente. Sin una base sólida, sin un modelo estructurado, eficaz y competente, los jugadores del país británico llevan años formando una selección, no un equipo. Así, con la FA todavía en el camino que les permita alcanzar un modelo claro, formar un grupo relacionado, coordinado y unido se ha devengado como una auténtica utopía. Las piezas tendrían que encajar y la valentía tradicional británica salir a la luz, con ese futbol atrevido y sin miramientos que siempre ha caracterizado a la Premier; por desgracia, los engranajes parecen oxidados y los axiomas olvidados, por lo que nada de eso ha sucedido y ese estilo lleva mucho tiempo escaseando en la selección. Por ese motivo, hay quién apunta como primera y primordial medida la necesidad de despojar a Capello del bastón de mando para poder empezar así los pross a recorrer la senda hacia el encuentro de su propia identidad. Eso sí, nadie osa garantizar el nombre de su posible sustituto… (CONTINUARÁ…)

       

 

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