Martes, 4 de noviembre de 2008
Prólogo: Una espina por quitar
Gracias a Canal Plus ya puedo morirme tranquilo. Después de haber vivido en Anfield un partido de fútbol, nada más me queda por cumplir en el listado de ‘cosas por hacer’. Y es que sólo había una: La experiencia de sentir un partido en el campo del Liverpool. The Kop, You’ll never walk alone, This is anfield, la estatua de Shankly, el recuerdo a los fallecidos en Heysel … ¿Hay un estadio con más mitología? Había que estar ahí como fuera.
Después del Atlético – Liverpool del Vicente Calderón en el que las aficiones terminaron intercambiándose las bufandas se me encendió la bombilla. Con las dos aficiones hermanadas, el encuentro de vuelta a tener un ambiente muy especial. Una atmósfera que había que vivir desde dentro. No lo tenía premeditado y hubiera comprendido perfectamente que se lo hubieran dado a otro, pero cuando presenté la idea me dijeron que adelante. Pero tenía que ser yo quién hiciera las gestiones para lograr la entrada, porque los viajes organizados por el club ya estaban vendidos. Un par de llamadas, una de ellas a KIA, concluyeron positivamente: ¡Me voy a Liverpool! Asignatura pendiente
Este deseo por pisar Anfield estaba cerca de convertirse en obsesión. Hace exactamente un año un grupo de amigos habíamos programado un viaje a Liverpool para vivir un partido en Anfield, y ya de paso conocerlo de noche también, claro está. Iríamos un viernes por la tarde, el sábado veríamos el Liverpool – Bolton y volveríamos el domingo a la hora de comer. Viaje relámpago a exprimir al máximo.
Con los billetes de avión sacados meses antes, a dos semanas de aterrizar en el aeropuerto internacional John Lennon cambiaron el partido al domingo. Liverpool y Bolton habían jugado en Champions y UEFA respectivamente y se habían puesto de acuerdo para retrasar el partido un día. A ellos les pareció una idea brillante. A nosotros la peor faena posible…
El viaje lo recuerdo fantástico e imborrable, pero hacerse fotos en la fachada de Anfield y no poder entrar fue lo más parecido a descorchar y olfatear un buen vino y no beberlo.
Próximo capítulo: Tocar tierra o sentir el cielo
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como bien dice Pablo, yo también me puedo morir tranquilo! ha sido lo más grande que he vivido en los muchos años
que llevo como socio del atlético pero también he de reconocer que me sorprendió que no cantaran durante el partido.
la única afición que cantó y se hizo notar fue la atlética. El you´ll never walk alone se respetó desde la grada atlética como homenaje a su canción pero desde el mismo momento que terminó, no se les volvió a oir!! eso si, con el gol de Gerrard
parecia que se acababa el mundo!
ya me queda un sueño menos por realizar en mi vida!!