Fútbol Inglés (BRITCORNER)

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Javier Mascherano ha sido el elegido por Maradona para ejercer de capitán durante su legislatura al frente de la selección argentina. Y a nadie le debe extrañar. A nadie, al menos, que conozca la trayectoria de este futbolista. Su mote de El Jefecito, no es gratuito. Mascherano es el futbolista que todo entrenador quiere tener en su plantilla. La extensión del entrenador en el campo. Un medio centro de contención que no sólo destaca por robar el balón al rival sino por dar equilibrio, mantener al equipo en su sitio, dar el ritmo idóneo al juego del equipo según lo exija el partido y una buena cantidad de cualidades más que no brillan a los ojos del espectador, pero si de los técnicos.  

Benítez lo vio, y por eso no dudo en llevárselo a Anfield. En el West Ham no le dejaron brillar, pero en River y Corinthians demostró ser un líder para el centro del campo, un jugador inteligente sobre el que no existe ninguna duda dentro del terreno de juego, pero si una fuera. ¿Tiene suficiente carácter y liderazgo como para dirigir al plantel albiceleste fuera del terreno de juego?, ¿Cumple con los requisitos necesarios para lucir un brazalete que han portado Simeone, Ayala o Zanetti?

En el Liverpool Mascherano no es uno de los líderes del vestuario. Ahí están Carragher, Gerrard, Hyppia y los españoles más representativos como Reina, Torres y Xabi. El argentino calla y escucha. Pero a la hora de saltar al campo se transforma y la referencias en el medio es ese número ’20′ silencioso y tímido. Complemento perfecto para la libertad ofensiva de Steven Gerrard y dos hombres en banda, Kuyt y Riera con una desmedida vocación atacante.

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Un mes antes de ser nombrado seleccionador, en una de sus habituales y jugosas declaraciones, Maradona dijo que “Argentina es Mascherano y diez más, no puede ser de otra manera.” Una declaración de intenciones en toda regla, pero con dos caras. Ahora en la albiceleste le van a exigir liderazgo. Dentro y fuera del campo. Maradona quiere que ese dominio en el terreno de juego lo traslade al vestuario:  “Creo que puede contagiar mucho de lo que brinda dentro del campo (…) No le pedimos que sea líder inmediatamente, sino que se lo va a ir ganando poco a poco. Por eso le elegimos.” En una convocatoria en la que están veteranos experimentados y curtidos como Heinze o Demichelis, el brazalete es para El Jefecito. Como no podía ser de otra manera. ¿O no?, ¿Vosotros como lo véis?

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