El final del arbitraje inglés
@rodrigo_marciel.- Siempre se ha asociado al fútbol inglés con un buen arbitraje o al menos con un estilo que gusta mucho fuera de las islas. El trato del árbitro con el jugador, el diálogo o la permisividad más alta del cuerpo a cuerpo ha distinguido una forma de ser en Reino Unido. Los tiempos cambian y la preocupación en la Premier League es muy alta debido a la decadencia del colectivo en los últimos tiempos y a actuaciones polémicas sin ir más lejos en Navidad. Al igual que en 1992 cuando Inglaterra fue un modelo del cambio y la modernidad con la creación del nuevo campeonato ahora se plantea un giro histórico en cuanto a la conducta de los árbitros y el reglamento en un futuro. El final de las entradas violentas conocidas muchas de ellas como un simple ‘tackle’ tienen ya los días contados. La Premier ha evolucionado de tal forma que el 33 por ciento de los jugadores de la primera categoría son ingleses y eso hace plantearse muchas cosas. El aprendizaje de los árbitros debe estar destinado a pitar algún día en la élite y esa élite ha cambiado, está plagada de jugadores de fuera que ya son mayoría, una cultura distinta se quiera o no.
Ese entorno hace que ilustres como Howard Webb, reconocido como uno de los mejores, hayan abogado por consultar al arbitraje español, si al español, y otros de fuera para mejorar a los suyos. Quizá el hecho de que en Inglaterra no ocupe, y eso mejor que no cambie nunca, gran lugar en los medios al hablar de un penalti o una expulsión ha escondido ciertas reflexiones necesarias. También los entrenadores de los mejores clubes del país son de fuera (si exceptuamos a Rodgers con el Liverpool) lo que conlleva una influencia clara en la manera de asumir el juego. El fútbol inglés no pretende con esto perder su esencia pero si adaptarse a los nuevos tiempos sin carecer de esa identidad que tanto gusta. Keith Hackett, anterior Jefe de los árbitros en Inglaterra, es una de las voces más críticas y pide al Ejecutivo actual una dimisión próxima después de unos años que a su juicio han sido pésimos, los peores que recuerda y eso es mucho decir. El engaño está más de moda, algo que los árbitros de la vieja escuela o los que pitaban no hace mucho en categorías inferiores no encontraban. Saber tratar todo esto es clave para la evolución de este campeonato.
Cierto es que, en lo deportivo no hay duda de que España e Inglaterra son la referencia. Lo son y además cada vez encierran más similitudes. Los árbitros británicos buscan imitar el modelo de fuera porque lo dentro cada vez es menos local y más del viejo continente. Un final del arbitraje tan característico inglés, un final de ese estilo que no debe suponer un drama sino un paso hacia adelante necesario para la mejora del juego porque ese juego ha cambiado.
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