Fútbol Inglés (BRITCORNER)

Su nacimiento ya fue exótico ya que apareció en el mundo un 28 de diciembre, el día de los inocentes y en Singapur, por donde una vez pasó Willy Fog. Se llama Terry Butcher y es el hombre de moda estos días por las islas. El por qué, por si no lo saben todavía, es que fue uno de aquellos jugadores que sufrieron a Maradona en la histórica derrota ante Inglaterra en México 86. Butcher es hoy segundo entrenador de Escocia y ha declarado que no le dará la mano a Maradona en el partido que enfrenta a escoceses y argentinos en Hampden Park. No le perdona al pelusa su falta de profesionalidad en aquel partido por la mano de dios y es más, confiesa que se quedó con ganas de recriminarselo al final del partido. El que fuese uno de los centrales más carismáticos de los 80 en Inglaterra destaca que Maradona le dijo que le dio con la cabeza y por ese detalle no le perdonará jamás.

La mano de Dios

Maradona le ha contestado con indiferencia y le ha recordado el famoso gol que no entró en el Alemania-Inglaterra de 1966. La parroquia escocesa se ha mostrado encantada con Diego que volverá a verse las caras – apuestas de deportes live -  con un auténtico personaje (no lo tomen en tono despectivo). Butcher fue un central criado en la cantera del Ipswich Town y se puede decir que su carrera fue brillante. Su impresionante figura (1,93 cm), su valor y contundencia en el juego le hicieron ganarse la confianza de Bobby Robson, entrenador en sus comienzos en el lpswich con el que ganó la Copa de la UEFA en 1981 y posterior seleccionador nacional hasta 1990. Butcher alcanzó las 77 internacionalidades y es considerado como uno de los centrales más importantes de las islas en la década de los 80. Desde 1986 a 1990 jugó en el Rangers y posteriormente militó en el Coventry y el Sunderland.

Bloody Butcher

Su imagen más recordada fue la de un partido ante Suecia en la fase de clasificación para el Mundial de Italia 90. Butcher acabó con la clásica venda en la cabeza por un econtronazo con un rival pero aguantó todo el partido y remató más cabezazos que nadie. Era el ejemplo de defensa británico de toda la vida que si tenía que rematar cochinillos los remataba. Desde febrero de 2008 es la mano derecha de George Burley con Escocia. Ya no juega pero sigue teniendo ese genio que aterrorizaba a los rivales en los 80.