Fútbol Inglés (BRITCORNER)

Charlie Adam, olor a fútbol de antaño (I)

Adrián Calviño // Twitter: @AdrianCalvinho.- A orillas del río Tay, cerca ya del Mar del Norte, en 1985 nace en Dundee un genio de otra época, un futbolista de una calidad no muy habitual en las islas, con un marcado carácter ganador y gen competitivo, forjado al hierro de los duros campos de las divisiones inferiores británicas, ese fútbol alejado de los grandes focos que supone el fin para algunos, el olvido para muchos y la gloria para unos cuantos elegidos. De padre futbolista –incluso su hermano es guardameta en el Rangers-, a Charlie Adam no se le pasaba por la cabeza alejarse de su destino, pese a diversas turbulencias que no han hecho más que alargar el camino; un camino que no ha conocido atajos ni ventajas y que ahora, justo al cumplir 26 años -10 de Diciembre-, comienza a ser firme.

Un comienzo dubitativo

De despegue tardío, los primeros años en Glasgow –llegó a los juveniles del conjunto protestante desde el Dundee United- no fueron sencillos para Adam, por lo que tuvo que salir cedido al modesto Ross County, de la segunda división escocesa, para luego comenzar a despuntar en una nueva cesión a un conjunto de la misma categoría, el St. Mirren. Todavía muy joven y en formación, en los Saints logró ser verdaderamente importante, precediendo a lo que sería una espléndida temporada –de debut, podría decirse, tras dos años casi en blanco- en el Rangers, llevándole a ser nombrado mejor jugador joven del club y posibilitando su primer encuentro con la selección nacional de Escocia, pese a que fuera un mero esejismo.

Charlie Adam (Mayo, 2007) en el último 'Old Firm' de aquella temporada

Charlie Adam (Mayo, 2007) en el último 'Old Firm' de aquella temporada

Muy irregular por aquel entonces y sin la confianza necesaria, aparecía inédito de nuevo en sus dos siguientes temporadas con los Blues, y el chico que apuntaba alto desde el interior zurdo toma una decisión que marcará por completo su carrera futbolística: salir en forma de cesión al Blackpool, de la League Championship inglesa, en el mercado de invierno de la temporada 2008/2009.

De la banda al medio

Unos meses más tarde, la escuadra inglesa desembolsa medio millón de libras para transformar a su organizador –progresivamente, el escocés había ido acercándose a la zona de creación, alejándose de la banda- en su capitán y pieza clave del conjunto inglés en su ascenso a la Premier League -todavía se sigue recordando el magistral golpe franco que empató a uno el playoff con el Cardiff-. Ya en la máxima competición, su progresión continuó tornándose imparable e incluso se alzó como uno de los mejores jugadores de la Premier a la temporada siguiente.

El estilo del Blackpool fue clave para potenciar la calidad de Adam.

El estilo del Blackpool fue clave para potenciar la calidad de Adam.

Dos años y medio en el Blackpool que mostraron las innatas cualidades de Charlie Adam, dos años y medio de líder sacrificado y artífice de triunfos, de ídolo inicialmente inesperado, de estrella en ciernes. No resultaba así extraño pensar que no era el pequeño conjunto comando por Holloway –su principal valedor y alma afín- lo que el fútbol había escrito para aquel chico escocés porque, si bien supuso su despegue, su entrada a una de las ligas de élite, esa estancia en Blackpool constituía una jaula a su crecimiento personal, un muro que frenaba sus aspiraciones y le impedía dar ese salto cualitativo del que ha empezado a dar serias muestras en solo tres meses en Mersey.

La conexión con Kenny Dalglish ha sido fundamental para la adaptación de Adam a Anfield

La conexión con Kenny Dalglish ha sido fundamental para la adaptación de Adam a Anfield

Pequeños y certeros pasos, escalón tras escalón, del casi amateurismo a la Scottish Premier League, de ésta a League Championship y de ahí a la Premier como cabeza de ratón, como seña de un tan modesto como atractivo y vistoso conjunto; no había duda de que uno de los grandes sería su siguiente destino y varios clubes pelearon por contar con sus servicios. Ahora bien, ya no sólo por el interés que suscitaba el escocés en la dirección deportiva red, sino también por una de esas raras conjunciones que uno presupone a menudo, parecía claro que su destino estaba en la ciudad de los Beatles; ya podría adivinarse con facilidad que Charlie es ese tipo de jugador que parece haber nacido para comandar, ser santo y seña, de un determinado equipo, una suerte de one-club men de camino tortuoso hasta alcanzar su meta, el Liverpool en este caso… (continuará en ‘capítulo II’)

 

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Pedro Puig, diseñador freelance