Fútbol Inglés (BRITCORNER)

Es primavera de 2004. Antes de que llegase la gran época del Sevilla y en medio de la mejor de la historia del Arsenal (de hecho es el año que gana la Premier sin perder) se produce una reunión que marca el destino de ambos clubes. Monchi, secretario técnico, y José María Cruz, consejero y director general del Sevilla se encuentran con Robin Van Persie y su agente en Ámsterdam. Medio mundo se pelea por el delantero del Feyenoord por aquel entonces. La ahora estrella del United tenía 20 años y el Arsenal buscaba un fichaje estrella para reemplazar al gran Dennis Bergkamp o una buena alternativa a Robert Pires. La reunión se desenvuelve con un éxito cercano para el Sevilla. Van Persie y su agente abandonan la cita a la espera sólo de la firma para tomar un café. Minutos después, una llamada de Londres llega al agente del holandés . El Arsenal realiza una última oferta consciente, casi toda seguridad, que el Sevilla había apalabrado la operación.

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La relación entre el Manchester United y el Barcelona ha estado siempre vinculada a grandes partidos. Ahora que los de Moyes viven días muy críticos tienen en uno de esos choques uno de los motivos para creer en una gesta similar. En 1984, con un United que también estaba lejos de ganar el título el reto era el mismo que ahora: Remontar un 2-0 en la ida aunque con un rival más fuerte, el Barcelona de Menotti y Maradona. En el banquillo estaba Ron Atkinson, el entrenador anterior a Alex Ferguson, y en el campo Bryan Robson como el gran jugador de lo United de los ochenta. El capitán ‘maravilla’ fue una pesadilla para el Barça y la intensidad del partido fue de las más recordadas nunca en la historia del United. Las vallas todavían formaban parte de Old Trafford pero no impidieron que al final del partido saltasen los aficionados al terreno de juego.

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Ahora que Chelsea y Galatasaray miden sus fuerzas en Champions es una buena ocasión para repasar un hecho histórico. La relación entre los clubes británicos y los turcos se vio deteriorada desde un acontecimiento que marcó un antes y un después. Hablamos de 1996 cuando el mítico Graeme Souness, leyenda del gran Liverpool de los 80, era el entrenador de Galatasaray, un cargo que parecía destinado a Bryan Robson que al final declinó el puesto. La temporada no estaba siendo positiva para el bueno de Souness que veía como el título se escapaba y tenía en la Copa la última ocasión para contentar su afición. Después del 1-0 en la ida, el Fenerbahçe tenía que remontar pero no lo consiguió con un 1-1 final en medio de una intensa prórroga. En aquel entonces, los tópicos del infierno turco eran reales y el ambiente estaba tan caliente que Souness saltó a escena.

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Que el Liverpool no haya ganado nunca una Premier define un período tan confuso como excitante el que aparece ahora. Al mismo tiempo que Ferguson, el gran responsable de esa sequía, miraba desde la grada el declive los suyos ahora toca saber si los reds caminan con pasos firmes hacia un ciclo exitoso.  La victoria por 0 a 3 encierra una carga de nostalgia para los reds que por fin se han quitado de encima no ya por la victoria sino también por la suficiencia del logro los complejos pasados con el United. Entre el Liverpool que gana la Copa de Europa en Estambul y éste existe la sensación de que los cimientos del actual parecen más sólidos. Desde la última liga ganada, allá por 1990, el Liverpool ha estado marcado por tres momentos: El primero la era crítica de principios de los 90, luego la que lideraron los Owen, Gerrard y compañía que terminó con todos los títulos menos la Premier en 2001. Por último, la era Benítez con gr.... si quieres leer mas